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El envejecimiento degenerativo es el resultado de la
acumulación de procesos patológicos sobre las células, los tejidos y los
órganos. Al tratar estos procesos, se puede enlentecer el envejecimiento y
alargar la esperanza de vida.
El té verde tiene la capacidad de proteger ante muchos
factores que aceleran el envejecimiento, particularmente el daño del ADN, y al
mismo tiempo promover la reparación de este.
El mecanismo mediante el cual funciona, trabaja con extrema precisión
para identificar, remover y reparar el ADN dañado.
Los polifenoles que posee el té verde tienen la habilidad de
actuar sobre 200 genes humanos, incluyendo aquellos involucrados con la inflamación,
cáncer, diabetes, procesos neurodegenerativos, musculares y enfermedades
cardiovasculares.
Esto hace que, la suplementación con té verde pueda reducir
significativamente el riesgo de diabetes, infartos, depresión y mejorar los
niveles de colesterol y glucosa en sangre.
El té verde provee una gran protección ante los procesos que
causan el envejecimiento prematuro y enfermedades, disminuyendo el estrés
oxidativo y el daño del ADN.
Esta hierba efectivamente previene, reduce y repara tejido dañado causado por el estrés oxidativo. También, aumenta nuestros sistemas protectores naturales, enlentece las respuestas inflamatorias al estrés químico, mejora el rendimiento del metabolismo y previene la muerte celular.
Las personas que consumen té verde regularmente tienen menos
probabilidades de padecer insuficiencia cardíaca o un infarto. Además, se ha descubierto que los hombres que
consumen té verde, tienen menos posibilidades de desarrollar enfermedad
coronaria.
Se han realizado estudios que evidenciaron que las personas
que consumen de 1 a 3 tazas de té por día, tienen un 19% menos de probabilidades de tener un
infarto, y un 36% menos de probabilidades de tener un ACV.
Esto se debe a que las hojas de té verde poseen moléculas
beneficiosas que mejoran la función endotelial, que es la habilidad de las
células que recubren las paredes arteriales de modular el flujo sanguíneo y la
presión.
Los polifenoles del té verde cuentan con el potencial para proteger al cerebro de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Uno de los factores que conducen al deterioro de la función cerebral es el exceso del estrés oxidativo mitocondrial. Los estudios han demostrado que el té verde ayuda a combatir esto, mejorando la función mitocondrial, y de ese modo enlenteciendo el deterioro de la función cerebral.
La osteoporosis es un problema frecuente entre las mujeres
postmenopáusicas y los hombres mayores. En general, se debe a la perdida de tejido
óseo sin la formación suficiente de tejido nuevo. Esta falta de hueso, es
resultado del exceso del estrés oxidativo, lo cual hace al té verde un perfecto
candidato para la prevención de osteoporosis, con incremento de la densidad
mineral ósea.