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Gracias a la cantidad de ácidos grasos monoinsaturados que
contiene, esta nuez puede afectar los perfiles lipídicos de forma beneficiosa,
descendiendo los niveles de los triglicéridos y el colesterol LDL (colesterol
“malo”), y aumentando los niveles del colesterol HDL (colesterol “bueno”).
Se han realizado estudios que evidenciaron la relación entre
la ingesta de nueces de pecan y el descenso de riesgo de padecer cálculos
biliares en los hombres. Esto puede deberse a que la mayoría de los cálculos biliares son
formados por colesterol, y las nueces generan un efecto beneficioso sobre el
colesterol en sangre.
Las nueces de pecan pueden ayudar a proteger al corazón de
enfermedades cardiovasculares gracias a la basta cantidad de compuestos que
poseen, como el “tocoferol”, los cuales ayudan a inhibir la oxidación del
colesterol LDL. Los niveles elevados de colesterol LDL oxidado están asociados
con la ateroesclerosis (el depósito de sustancias grasas en el interior de las
arterias).
La ingesta de nueces de pecan y otras nueces puede ayudar a
reducir el riesgo de diabetes de tipo 2 en mujeres. Una dieta rica en estas nueces puede mejorar
la resistencia a la insulina y la función de las células beta, comparada con
una dieta que no las incluye.
Recuerde que los frutos secos
son alimentos ricos en Ácidos Grasos de buena calidad, por eso recomendamos
consultar a su médico nutricionista para conocer la porción que le corresponde.