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La glándula prostática de los hombres a menudo alberga
colonias aisladas de células cancerígenas. El sistema natural de defensas puede
prevenir que estas células malignas se conviertan en una enfermedad, sin
embargo el consumo de alimentos insalubres puede alimentar a las células
cancerígenas ya existentes, permitiendo que se multipliquen y se esparzan a
otras partes del cuerpo.
El cáncer de próstata afecta a 1 de cada 6 hombres.
Incrementar el consumo de estos alimentos beneficiosos, ayuda a disminuir el
riesgo de cáncer de próstata.
Son bajas en carbohidratos y ricas en ácidos grasos beneficiosos, polifenoles y gamma-tocoferol. Esto les brinda el potencial de inhibir células cancerígenas, disminuir el PSA (antígeno especifico de próstata) y reducir el tamaño de los tumores de próstata.
Se cree que los lignanos de estas semillas
protegen contra el cáncer, incluyendo malignidades hormona-dependientes. Estos
lignanos se convierten en enterolactona dentro del intestino, la cual ingresa
al flujo sanguíneo. Los hombres que poseen niveles más altos de enterolactona tienen
menos probabilidades de tener cáncer de próstata.
El consumo de estos vegetales está relacionado con el descenso del riesgo de
cáncer de próstata. Esto se debe a la abundancia de componentes que poseen
conocidos como glucosinolatos e isotiocianatos.
Peces de agua fría: Poseer altos niveles de omega-3
corresponde a tener menor riesgo de desarrollar un cáncer de próstata. Estos ácidos
grasos se encuentran en peces como el atún, sardinas y salmón.
Un metaanalisis de 2018
concluyo que consumir tomates crudos, tomates cocidos y salsa de tomate, está
asociado con la reducción del riesgo de cáncer de próstata. Los tomates son
ricos en licopeno, un pigmento carotenoide conocido por inhibir el crecimiento
de células cancerígenas.
Consumir jugo de granada brinda acciones
protectoras contra el cáncer de próstata, incluyendo inhibir la proliferación
de células tumorales, ciclo celular y angiogénesis.
En un metaanalisis de descubrió que los hombres que
consumen café diariamente tienen menor riesgo de contraer cáncer de próstata
comparado con aquellos que no toman.
El consumo de leche y queso incrementa el riesgo de
cáncer de próstata un 6% y 9% respectivamente. La leche descremada está
asociada con el incrementado riesgo de cáncer de próstata de bajo grado,
mientras que la leche entera está asociada con un mayor riesgo a cáncer de
próstata fatal.
Todas las carnes cocidas a altas temperaturas, incluyendo el pescado, generan carcinógenos peligrosos. Los hombres que ingieren carne roja cocida a altas temperaturas y frita, en grandes cantidades, poseen un mayor riesgo a cáncer de próstata avanzado. El consumo de hamburguesas, carnes procesadas o asada también incrementa este riesgo.
Las dietas altas en grasas de omega-6 y grasas saturadas
están asociadas con el riesgo significativo de cáncer de próstata.