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En los últimos
años, este vegetal miembro de la familia de la lechuga, se ha vuelto muy
popular y con buena razón. Los expertos dicen que el Kale es uno de los
alimentos con más densidad de nutrientes en el planeta.
El Kale
contiene un número de compuestos que han sido asociados con efectos
anticancerígenos. Estos incluyen el indole-3-carbinol como también el
sulforafano, los cuales ofrecen una protección significativa contra el
desarrollo de la enfermedad.
Los agentes
antioxidantes ayudan a luchar contra las enfermedades de la vejez, incluyendo
el cáncer, a las cuales nuestro cuerpo es susceptible debido al efecto
destructivo de los radicales libres. El Kale contiene estos compuestos. Los flavonoides
se encuentran en este vegetal en la forma de quercetina y kaempferol. Estas
sustancias están asociadas con propiedades antiinflamatorias, anticáncer y
antivirales.
Estudios han demostrado que suplementar con luteína
y zeaxantina baja significantemente el riesgo a la pérdida de visión con la
edad, debido a las cataratas y la degeneración muscular, y el Kale contiene
ambos carotenoides en pequeñas cantidades.