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A pesar de lo que se cree, existen
comidas saludables y deliciosas. En
este caso la palta.
Se caracteriza por su textura
suave, cremosa y obtiene su fama por contener una cantidad mucho más grande de
grasas monoinsaturadas
saludables que cualquier otra fruta.
El
contenido de fibra de la palta es inusualmente alto comparado con la mayoría de
las comidas, llegando a un 7% de su peso. Este porcentaje se divide en 25% de
fibras solubles y 75% de fibras insolubles. Las primeras brindan el beneficio
de alimentar a las bacterias intestinales saludables. La fibra en líneas
generales, es un componente importante de las dietas, asociada con un menor
riesgo de enfermedades cardiovasculares, contribuyendo al control del peso y
reduciendo los picos de azúcar en sangre.
La palta
es una fruta muy grasosa (más de ¾ de sus calorías se derivan de la grasa), sin
embargo es la grasa monoinstaturada, llamada “ácido oleico”, la cual ayuda a
reducir la inflamación y el riesgo de algunos tipos de cáncer.
Estudios
realizados encontraron que esta fruta puede mejorar los perfiles lipídicos. Un
estudio en particular demostró que una dieta que incluyó palta, produjo un 17% de reducción del nivel de colesterol en
sangre sobre los pacientes estudiados, 22% de disminución del LDL (colesterol
“malo”) y triglicéridos y un 11% de incremento del HDL (colesterol “bueno”).
Se ha
demostrado como la palta puede aumentar la absorción de ciertos nutrientes.
Comer esta fruta junto con zanahorias crudas o salsa de tomate, mejoró
significativamente la absorción de alpha, beta-caroteno y la conversión a una
forma activa de vitamina A.