Se puede definir al estrés como una respuesta fisiológica automática ante una amenaza o peligro percibido. De esta manera, se puede decir que las amenazas internas o externas desatan nuestra respuesta al estrés. Este puede ser temporal o continuar por un largo tiempo.

A corto plazo y en episodios aislados puede ser positivo, ya que puede ayudar a evitar situaciones de peligro o enfrentarlas de una manera eficiente. Sin embargo, cuando el estrés se extiende en el tiempo puede provocar efectos nocivos para la salud de las personas.

Causas de estrés

En el mundo actual, son múltiples las causas que pueden provocar estrés. Por supuesto, variará en función de la situación de cada persona, de las estrategias y herramientas que tenga para manejarlo, de sus condiciones físicas, etc.

Sin embargo, se pueden mencionar algunas de las principales causas de estrés. Entre ellas:

• Trabajo: las fechas de entrega, el trato de jefes y compañeros de trabajo, las políticas de la empresa o institución donde se trabaje, el hostigamiento y la discriminación que muchas veces se hace presente en espacios de trabajo. Todo ello, puede conllevar a desarrollar situaciones de estrés. Sin dudas, el trabajo ocupa una parte muy importante de la vida de las personas y si no nos encontramos a gusto en él puede ocasionarnos problemas a nivel personal al no poder manejarlo asertivamente. A su vez, las personas que pasan por momentos de incertidumbre, con épocas de desempleo o precariedad laboral también pueden desarrollar estrés crónico.
• Dinero y finanzas: la acumulación de deudas, el pago de facturas, situaciones de estafas o fraudes, pérdida de ingresos o poder adquisitivo de los salarios pueden contribuir a aumentar -los niveles de estrés. El ingreso de dinero es fundamental. Las personas que tienen dificultades para satisfacer sus necesidades básicas o la de sus hijos están más expuestas a sufrir estrés y a que este se convierta en crónico.
• Situaciones traumáticas: desastres naturales o provocados por acción humana pueden generar un gran impacto en la vida de los seres humanos. Tornados, incendios, terremotos, inundaciones, guerras pueden provocar grandes pérdidas y generar situaciones de estrés en gran parte de la población y con ello problemas de salud a largo plazo. Es lo que se conoce como estrés post traumático.
• Relaciones familiares: problemas con los hijos, por enfermedades, rendimiento escolar, comportamiento, divorcios, cuidado de familiares a cargo, duelos, sucesiones, son solo algunas de las causas familiares de estrés más comunes en la actualidad.

Manejo del estrés

Dentro de las dificultades que puede acarrear el estrés de la vida cotidiana, afortunadamente existen varias herramientas y estrategias que podemos llevar a la práctica para gestionar eficazmente el estrés. De esta forma, no se convertirá en estrés crónico ni afectará nuestra salud ni nuestra vida cotidiana.

Algunas de esas estrategias son:

• Identificar las causas o factores de estrés: aprender a reconocer qué nos genera estrés es el primer paso y es muy importante. Saber si es el trabajo, un jefe, los compañeros de trabajo, el entorno de la empresa, si es el dinero, las responsabilidades familiares, etc.
• Pedir ayuda: una vez que identificamos qué es lo que nos provoca estrés en nuestra vida, es importante saber pedir ayuda a tiempo. Un consejero, coach o psicólogo puede ayudarnos a gestionar nuestras emociones y sentimientos para evitar el estrés. Existen algunas asistencias psicológicas gratuitas del servicio social a las que podemos recurrir.
• Realizar actividad física y llevar un estilo de vida saludable: estar más activos físicamente es una de las soluciones más positivas para sobre llevar el estrés. Desde caminar, andar en bicicleta, salir a correr, hacer jardinería, practicar yoga o meditación puede modificar nuestra percepción de la realidad y ayuda a generar hormonas en el cerebro como endorfinas o serotonina. De esta manera, se puede mantener el estrés controlado. El ejercicio diario y el movimiento son fundamentales para prevenir y contrarrestar sus efectos indeseados en la salud.
• Meditación: es una de las principales herramientas para mantener controlada la presión arterial, disminuir la ansiedad y la tensión. En momentos en que sintamos mucha tensión, podemos probar una técnica de meditación o conciencia plena para ayudar a manejarlo.
• Actividad social: encontrar un pasatiempo o un voluntariado ayuda a enfocarse en alguna actividad gratificante y a sacar la mente de los problemas causantes de estrés.

El estrés y la salud

Como ya señalamos, el estrés cuando se prolonga en el tiempo y se vuelve crónico puede ocasionar problemas de salud que pueden llegar a ser graves.

El distrés (estrés crónico) aumenta considerablemente los riesgos de enfermedades cardíacas, diabetes, obesidad, y otras enfermedades crónicas e incluso autoinmunes. Además, puede causar dolores de cabeza tensionales, disfunción sexual y caída de cabello. Por otro lado, puede tener efectos nocivos para la salud mental.

Estos problemas son provocados porque el distrés libera hormonas en el organismo de manera continua, ocasionando que el cerebro esté más alerta. Al irrigarse toda la sangre al cerebro, los músculos y órganos reciben menos cantidad, tensionándose y aumentando su pulso. En las situaciones de estrés agudo, estas reacciones son positivas para ayudar a las personas a manejar la situación que causa el estrés.

Sin embargo cuando se vuelve crónico, comienzan a producirse problemas de salud como:

• Alta presión arterial
• Insuficiencia cardíaca
• Diabetes
• Obesidad
• Depresión o ansiedad
• Acné o eczemas
• Problemas menstruales o disfunción eréctil
• Pérdida de memoria
• Falta de energía o concentración
• Cansancio físico o mental
• Problemas para dormir o dormir demasiado
• Consumo de sustancias

Hábitos para evitar el estrés

Si detectamos que tenemos problemas de estrés, es necesario adquirir y mantener hábitos para evitarlo lo más posible. Estas medidas pueden tener muchos beneficios para la salud. Algunos de esos cambios que se pueden realizar en la vida cotidiana:

• Realizar actividad física habitualmente
• Practicar técnicas de relajación como respiración profunda, meditación, yoga, tai chi, masajes.
• Mantener alto el sentido del humor.
• Pasar tiempo con familia y amigos
• Realizar algún hobby o pasatiempo como leer un libro, escuchar música, hacer manualidades, creatividad.

Poner en práctica maneras activas de manejo del estrés, es la mejor de las estrategias para gestionarlo efectivamente. Otras actividades que pueden hacer que se controle el estrés a corto plazo como mirar televisión, navegar en internet o jugar videojuegos pueden ser causantes de mayor estrés a largo plazo.

Por otro lado, es fundamental dormir una cantidad de horas suficientes, mantener una alimentación saludable, evitar el consumo de tabaco, cafeína y sustancias ilegales. 

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