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Los niveles crónicamente altos de glucosa en sangre son perjudiciales para casi todos los tejidos del cuerpo y aceleran el envejecimiento degenerativo. En este sentido, es importante destacar que los niveles de insulina en ayunas pueden volverse peligrosamente altos mucho antes de que aumente el nivel de azúcar en la sangre.
Además, la sobreproducción de insulina por parte del páncreas puede disminuir artificialmente los niveles de glucosa en sangre, lo que puede permitir que una condición diabética empeore durante décadas antes de que se pierda el control glucémico y se desarrolle la diabetes tipo II.
Sin embargo, no todo está perdido. La insulina en ayunas puede ser verificada mediante análisis de sangre, lo cual ofrece una oportunidad para su detección y control.
¿Qué implica tener niveles elevados de insulina en ayunas?
La insulina es una hormona producida y secretada por el páncreas, encargada de regular el metabolismo de los carbohidratos, grasas y proteínas. Asimismo, ayuda a las células a absorber y procesar la glucosa presente en el torrente sanguíneo, evitando así niveles excesivos de glucosa.
La ingesta de alimentos estimula la secreción de insulina. Por lo general, sus niveles disminuyen durante el ayuno, cuando no se ha consumido alimentos durante un período de tiempo. A estos niveles de insulina en reposo se les conoce como insulina en ayunas.
Sin embargo, a medida que las personas envejecen, ganan peso y aumenta su masa grasa, el cuerpo comienza a responder de manera deficiente a la insulina. Esto se conoce como resistencia a la insulina, donde las células no responden adecuadamente a los efectos de esta hormona, lo que conlleva a niveles elevados de glucosa en sangre y un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo II.
Inicialmente, el páncreas compensa la resistencia a la insulina produciendo altos niveles de esta hormona. En este estado, conocido como hiperinsulinemia, los niveles de insulina se mantienen elevados incluso entre las comidas.
Aunque los niveles de glucosa en sangre pueden permanecer dentro de los rangos normales, la insulina sigue trabajando en exceso. Este aumento crónico de insulina en el torrente sanguíneo tiene numerosos efectos negativos en el metabolismo y puede contribuir al desarrollo de enfermedades.
Afortunadamente, cuando se detecta un aumento de la insulina en ayunas, se puede abordar mediante cambios en la dieta, el ejercicio y la incorporación de ciertos nutrientes. Estas intervenciones pueden ayudar a controlar los niveles elevados de insulina y prevenir la progresión hacia enfermedades crónicas asociadas.
Lo ideal seria consultar con tu médico de cabecera la posibilidad de realizar un análisis de sangre para ver tus niveles de insulina y tomar acciones frente a los resultados.