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16/07/2023

Un aliado para proteger y rejuvenecer el cerebro envejecido

La taurina es un aminoácido que ha demostrado ser un potente estimulante para el crecimiento de nuevas células cerebrales, incluso en la vejez. Además, se ha comprobado que la taurina ayuda a proteger contra los factores involucrados en el deterioro neurológico y el daño causado por accidentes cerebrovasculares.

Durante décadas, se creía que la producción de nuevas células cerebrales se detenía una vez que una persona había alcanzado la edad adulta. Sin embargo, investigaciones recientes han desmentido esta idea, demostrando que los adultos de todas las edades tienen la capacidad de generar nuevas células cerebrales.


La suplementación con taurina ha mostrado mejoras significativas en este proceso de rejuvenecimiento, ya que protege contra las neurotoxinas y puede retardar el deterioro neurológico relacionado con la edad.


Estudios preclínicos revelan que la taurina reduce el tipo de daño que se produce como consecuencia de accidentes cerebrovasculares o lesiones cerebrales. Además, se ha observado que un mayor consumo de taurina desde temprana edad se asocia con una mejor función cognitiva en personas de edad avanzada.


La taurina desempeña múltiples funciones en el organismo para proteger y optimizar la salud cerebral. Este aminoácido es fundamental para el óptimo funcionamiento de las mitocondrias, las "centrales eléctricas" que suministran energía a las células. A medida que envejecemos, la función mitocondrial disminuye, lo cual afecta el funcionamiento celular y dificulta la capacidad de las células para defenderse del estrés y las lesiones. Esto es especialmente relevante en el cerebro, uno de los órganos más activos metabólicamente.


La taurina también ofrece otros beneficios para proteger y optimizar la salud cerebral, tales como:

Estimular el crecimiento de nuevas células cerebrales.

Proteger contra la excitotoxicidad.

Defensa contra toxinas dañinas para el cerebro.

Minimizar el daño cerebral ocasionado por accidentes cerebrovasculares y lesiones en la cabeza.

Preservar la función celular normal y el suministro de energía mediante la regulación del calcio.

Proteger las membranas celulares, entre otros.

A través de estos mecanismos, la taurina puede contribuir a proteger el cerebro envejecido contra el deterioro cognitivo, la demencia y los daños provocados por accidentes cerebrovasculares, lesiones cerebrales y neurotoxinas.


Los accidentes cerebrovasculares pueden tener un impacto devastador en la cognición y la función cerebral. Por lo general, se dividen en dos tipos principales: accidente cerebrovascular isquémico y accidente cerebrovascular hemorrágico.


El accidente cerebrovascular isquémico, más común, ocurre cuando el flujo sanguíneo se reduce o bloquea en una parte del cerebro, lo que provoca la muerte celular y la pérdida de función. Estudios en modelos animales de accidente cerebrovascular isquémico han demostrado que la suplementación con taurina reduce en un 55% el volumen de daño cerebral en comparación con los animales no tratados. Además, se observó una disminución en marcadores de gravedad de las lesiones, como el estrés oxidativo y la producción de energía cerebral.

El accidente cerebrovascular hemorrágico se refiere a un sangrado repentino y espontáneo dentro o alrededor del cerebro. Aunque menos común que el accidente cerebrovascular isquémico, también afecta a muchas personas mayores, especialmente a aquellas con presión arterial alta. En un modelo animal de accidente cerebrovascular hemorrágico, se comprobó que la taurina protege contra el daño cerebral causado por este tipo de accidente cerebrovascular. Los animales que recibieron suplementos de taurina experimentaron una menor pérdida de función, así como una reducción de la hinchazón e inflamación cerebral.


Es importante destacar que el cuerpo produce pequeñas cantidades de taurina, por lo que la suplementación puede ayudar a mantener niveles óptimos y prolongar la función cognitiva hasta la vejez. Sin embargo, es recomendable que esta decisión sea supervisada por un médico de confianza.