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26/12/2021

La metformina reduce el riesgo de diabetes al mejorar la salud intestinal

Una nueva investigación reciente demostró que, además de estimular la AMPK celular, la metformina también aumenta una bacteria intestinal única que reequilibra el microbioma intestinal.

El microbioma intestinal está formado por billones de microorganismos que habitan el tracto gastrointestinal humano.

Tener un microbioma intestinal desequilibrado se asocia con enfermedades vasculares, alergias, trastornos neurodegenerativos y depresión.


Nuevos estudios han descubierto otro beneficio de la metformina: estimula una bacteria intestinal beneficiosa llamada “Akkermansia muciniphila''. Esta bacteria tiene acciones específicas que combaten la diabetes y la obesidad entre otras enfermedades.


La salud intestinal depende de tener un equilibrio saludable de las diferentes colonias bacterianas.

Akkermansia muciniphila es una bacteria beneficiosa y su función parece residir en afectar beneficiosamente la salud metabólica.


Además se descubrió que la capacidad de la metformina es muy importante para una afección que se llama intestino permeable y ocurre cuando la pared intestinal se vuelve permeable a diferentes toxinas, bacterias y alimentos que al no ser digeridos se "filtran" desde el intestino hacia la circulación viajando a través del torrente sanguíneo. El sistema inmunológico los identifica como impostores y los ataca. Esto conduce no sólo a los efectos enumerados anteriormente, sino a un estado de inflamación de bajo grado en todo el cuerpo.


La metformina es un fármaco multidireccional con beneficios metabólicos de amplio espectro en  la combinación de diabetes y obesidad. 

Los probióticos son un medio importante para mantener un buen equilibrio del microbioma intestinal y la salud en general. La metformina se puede considerar junto con los probióticos como una intervención beneficiosa moduladora del microbioma intestinal que puede promover la salud intestinal y metabólica.

Recorda que antes de suplementar, te recomendamos asesorarte con tu médico de cabecera, para realizar un tratamiento acompañado, guiado y adecuado a tu situación en particular.