Es importante saber que con la edad, la función inmunológica disminuye notablemente junto con las defensas naturales del cuerpo.

Algunos nutrientes como la vitamina C, Quercetina, Vitamina D y Zinc pueden ayudar a mantener una respuesta inmune saludable.

La actividad de muchas células inmunitarias está estrechamente relacionada con su contenido de vitamina C. Por ejemplo, la deficiencia de ella se asocia en algunos estudios con una mayor frecuencia y duración de los resfrios.

Algunas investigaciones han demostrado que la quercetina, puede favorecer a una rápida respuesta inmunitaria a los resfriados comunes y otras infecciones del tracto respiratorio superior.

Por su parte la vitamina D fortalece el sistema inmune, ayudando a proteger al cuerpo de las infecciones y disminuyendo su gravedad.

 Puede hacer esto, ya que interfiere con la capacidad de los virus para replicarse, apoyar y ayudar a reparar los revestimientos celulares del cuerpo, impulsar la producción de proteínas protectoras contra infecciones y ayuda a prevenir que el sistema inmunológico produzca un exceso de compuestos proinflamatorios en los pulmones.

La deficiencia de zinc es bastante común en los ancianos, al restaurar sus niveles, los adultos mayores pueden ralentizar parcialmente el deterioro de la función inmunológica y proteger contra la inflamación crónica.

Los nutrientes seleccionados ayudan al sistema inmune a funcionar de manera óptima para eliminar los patógenos y pueden ayudar a prevenir la inflamación crónica de bajo nivel que se asocia con numerosas enfermedades degenerativas relacionadas con el envejecimiento.

Recorda, antes de suplementar, consultarlo con tu médico de cabecera.