Durante mucho tiempo se ha considerado a la melatonina como la "hormona del sueño", ya que regula los ritmos circadianos, el reloj biológico interno del cuerpo, el cual puede mejorar los patrones de sueño.

Esto es importante para una salud óptima. El sueño inadecuado tiene un impacto negativo en la salud inmunológica, aumentando la susceptibilidad a enfermedades.

La melatonina es una hormona producida principalmente en la glándula pineal del cerebro, como también en otros tejidos del sistema inmune.

La melatonina también ayuda a coordinar las respuestas de defensa ante una gran variedad de virus.

Su acción la ejerce estimulando la producción y la actividad de las células que combaten las infecciones, que son las células T y las células natural killer (NK).

La melatonina regula los niveles de factores de señalización del sistema inmunológico que se requieren para una respuesta inmunitaria orquestada.

Juntos, estos efectos ayudan a liberar al cuerpo de patógenos infecciosos y a mantener la respuesta inmune a niveles apropiados y seguros, evitando una respuesta excesiva dañina o una inflamación excesiva.

La función más conocida de la melatonina es la de regular los ciclos de sueño-vigilia, pero ha demostrado tener otras propiedades beneficiosas. Por esta razón es importante dormir lo suficiente para poder disfrutar de todos sus beneficios.