La vitamina K es más conocida por ayudar a que la sangre se coagule correctamente, mantener la densidad ósea y prevenir las calcificaciones vasculares, pero sus beneficios van mucho más allá.

Investigaciones recientes han demostrado que la vitamina K juega un papel importante en el metabolismo de la glucosa. Eso puede ayudar a los diabéticos a evitar la hiperglucemia que daña los ojos, los riñones, los nervios y el corazón.

La investigación muestra que ambas formas de vitamina, K1 y K2 , tienen un impacto positivo en el metabolismo de la glucosa, la resistencia a la insulina y otras funciones metabólicas. Estos resultados son muy prometedores para las personas con diabetes y quienes corren el riesgo de desarrollarla.

La diabetes tipo II no es curable, pero se puede prevenir, con la combinación adecuada de estilo de vida y opciones nutricionales. El aumento de la vitamina K también puede beneficiar a quienes ya tienen diabetes, al mantener bajo control los niveles altos de azúcar en la sangre.

Es muy importante conocer el estado de tu salud para disfrutar de una mejor calidad de vida. 

Una vez diagnosticado tu caso, un profesional de la salud podrá guiarte en tu tratamiento acorde a tu situación y tus necesidades.