Hay personas que
no pueden acercarse a un gato, que pasan un mal momento cuando entran a una
habitación llena de polvo o que no pueden comer determinado alimento porque
saben que se les va a desatar una reacción alérgica. Estas no se disparan igual
en otras personas, variando incluso de qué manera se va a mostrar en el cuerpo.
Sin embargo, no significa que alguien debe sufrirlas durante toda su vida.
Existen tratamientos para la alergia a
alimentos y a otros elementos que tiene grandes posibilidades de éxito.
Las alergias son reacciones de hipersensibilidad. Estas desatan una respuesta exagerada del sistema inmunológico cuando entra en contacto con sustancias llamadas “alergenos”. Se cree que al menos un 20% de la población mundial sufre de algún tipo de reacción alérgica y estos números van en aumento. Hay quienes sostienen que la aparición de esta reacción inmunitaria está ligada al uso de productos de limpieza que reducen la cantidad de virus y bacterias en las viviendas. Existe otro grupo de personas que creen que se trata de una predisposición genética.
Por otro lado,
existen casos de intolerancia
alimentaria, una reacción negativa de un organismo ante la ingesta de un
componente de una comida o de su totalidad. La reacción se suele dar en forma
de molestias en el estómago, dolor de cabeza, problemas intestinales, o fatiga crónica, entre otros. La intolerancia
alimentaria es más difícil de detectar; los síntomas suelen ser muy ligeros al principio,
pero se agudizan horas después de la ingesta, haciendo difícil establecer la
relación entre ambos eventos.
Un tratamiento para la intolerancia
alimentaria consiste en consumir alimentos que
ayuden a mejorar la flora intestinal y permitan una mejor digestión de los
mismos. Se recomienda evitar aquellos que pueden provocar los síntomas como la leche
y sus derivados, el gluten y la soja.En muchos casos se aconseja la realización
de un test especifico que abarca hasta
190 tipos de alimentos para identificar de una manera más especifica que
alimentos son los responsables de los síntomas.
Es
interesante ver como en muchos casos el alimento que nos hace mal puede ser
saludable y aun así provocar malestar digestivo.