Hoy por hoy la celiaquía no se puede curar. El único tratamiento existe es seguir una dieta estricta sin gluten que debe ser mantenida por toda la vida. Gracias a eso, el paciente va a tener una normalización clínica y funcional, así como la reparación de la lesión vellositaria.
El celiaquismo, también conocido como enteropatía sensible al gluten, es una inflamación de la mucosa del intestino delgado que se genera por una intolerancia inmunológica al gluten presente en el trigo, la avena, la cebada y el centeno (también agrupados como TACC). Esta es una enfermedad que afecta a personas de todas las edades y está presente en diversos lugares del mundo. Se estima que está presente entre el 1 y 2% de la población mundial. La celiaquía genera inflamación y lesiones en el intestino delgado, provocando una alteración en la absorción de vitaminas, minerales y nutrientes que se obtienen a través de la alimentación. Esta enfermedad digestiva y genética causa lesiones en el intestino delgado y provoca que se altere la absorción de las vitaminas, minerales y demás nutrientes que contienen los alimentos.
La enteropatía sensible al gluten es el resultado de tres procesos puntuales: la predisposición genética, el sistema inmunológico y los factores ambientales. Los síntomas presentes suele se la falta de sensación de hambre, pérdida brusca de peso, pérdida de la masa muscular, alteraciones en el ánimo, anemia y, en el caso de los menores de edad, retraso en el crecimiento. Los diferentes síntomas pueden diferir dependiendo de la edad de la persona celíaca.
Diagnosticar la enfermedad celíaca puede ser complicado ya que muchos de sus síntomas son comunes a otras enfermedades relacionadas con el aparato digestivo. Esta variabilidad en la sintomatología hace que una detección temprana sea súmamente difícil. Para poder realizar un diagnóstico hay que basarse en la presencia de alguno o varios de los síntomas relacionados con esta afectación intestinal o de cualquiera de los órganos asociados. En los estudios deben prestarse atención a marcadores serológicos, genéticos, analizar una biopsia intestinal y finalmente ver la respuesta a una dieta sin gluten.
Existen determinados grupos de riesgo que deben tenerse en cuenta debido a que son proclives a tener esta enfermedad. Entre ellos se encuentran familiares de primer grado de alguien que ya se le haya detectado celiaquismo, pacientes con dermatitis herpetiforme, personas con síndrome de Down, quienes padecen enfermedades de la tiroides o hepáticas y gente con otras enfermedades autoinmunes. Los pacientes celíacos tienen, a su vez, riesgo de padecer intolerancia a la lactosa, dermatitis, diabetes o enfermedades relacionadas a la tiroides.
Enfermedad celíaca clásica
Esta es la forma clásica del celiaquismo. Sus síntomas están asociados a los problemas de absorción intestinales (diarrea, esteatorrea, déficit de vitaminas liposolubles, hierro, calcio y ácido fólico, falta de apetito y retraso del crecimiento). En el caso de los menores, su comportamiento tornándose irritables, apáticos, introvertidos o deprimidos. Se suele explicar esta enfermedad como un trastorno camaleónico, que puede presentarse como una deficiencia de hierro, lesiones en la piel, alteraciones óseas y neurológicas.
Enfermedad celiaca monosintomática
Esta es la forma que suele presentarse más comúnmente. Puede afectar tanto a niños como adultos y puede presentar síntomas intestinales o extraintestinales.
Enfermedad celiaca silente
En esta forma del celiaquismo no se presentan no hay manifestaciones clínicas. Sin embargo, existen lesiones histológicas y atrofia de vellosidades. Se puede descubrir detectando un una determinación de marcadores séricos o si el paciente pertenece a un grupo de riesgo o tiene predisposición genética a la enfermedad.
Enfermedad celíaca latente
En este caso, existe una mucosa duodenoyeyunal normal en individuos que toman gluten en la dieta en el momento de ser evaluados, teniendo anticuerpos positivos o no. Sin embargo, en algún momento de su vida presentaron o van a presentar características típicas de la celiaquía.
Enfermedad celíaca potencial
Son aquellos pacientes que aún no presentaron las alteraciones histológicas características de la enfermedad, pero de acuerdo a sus características inmunológicas y genéticas pueden tener riesgo de desarrollarla.
Enfermedad celíaca refractaria
Es el caso de aquellos pacientes que, tras empezar a hacer una dieta libre de TACC, siguen presentando síntomas hasta seis meses después.
Hoy por hoy la celiaquía no se puede curar. El único tratamiento existe es seguir una dieta estricta sin gluten que debe ser mantenida por toda la vida. Gracias a eso, el paciente va a tener una normalización clínica y funcional, así como la reparación de la lesión vellositaria. Se estima que los primeros síntomas de una mejoría suelen aparecer al poco tiempo de adoptar la dieta. El tiempo de curación suele ser entre 3 y 6 meses para los niños y entre 2 y 3 años para los adultos.
La dieta sin gluten se basa en dos premisas fundamentales: eliminar todo producto que tenga como ingredientes trigo, cebada, centeno y avena, así como tiene que excluir cualquier producto que sea un derivado de estos cereales (los más comunes son el almidón, la harina, el pan, la sémola, la repostería y las pastas). Tampoco pueden consumir cerveza, ya que se elabora a base de lúpulo y cebada.
La dieta de una persona con celiaquía debería estar armada en base a alimentos de origen natural. Es recomendable que contenga como carnes, pescados, huevos, legumbres, arroz, maíz, frutas, verduras y hortalizas. Si bien es mucho más común encontrar productos que contienen un símbolo que indica que no tienen TACC, es recomendable evitar alimentos elaborados o envasados ya que es difícil verificar si hay una total ausencia de gluten en ellos. Algunos especialistas incluso recomiendan que aquellas personas que sufran de anemia debido a la falta de absorción intestinal deben recibir dosis de hierro, folato y vitamina B12 para poder ayudar a que el cuerpo se estabilice de la mejor manera posible.
“En el momento actual, el único tratamiento disponible para la enfermedad celíaca sigue siendo la dieta sin gluten. Sin embargo, el conocimiento del mecanismo molecular ha llevado al estudio y ensayo de varios fármacos y a cuatro líneas de acción abiertas de investigación”.
Cuando una persona sospecha tener o cuenta con antecedentes familiares de celiaquía, es súmamente importante acudir a un médico para que le realice las pruebas correspondientes en el menor tiempo posible. De esta manera, va a poder empezar a aprender sus nuevos requerimientos nutricionales y poder adaptarse a este nuevo estilo de vida.